El Espejo

September 19, 2011

— 12:00 am

Los presidentes mexicanos que decidieron operar en soledad su propia sucesión, se equivocaron con gran perjuicio para el país. Felipe Calderón, ensoberbecido, copia el procedimiento de Luis Echeverría, con quien tiene muchas analogías; quizá en secreto y a espaldas de su consciencia y de su padre, en lo más íntimo de sus intimidades, el joven panista admiró al viejo priista. Es posible, e históricamente probable: padecen las mismas obsesiones en cuanto a sus responsabilidades administrativas y políticas.

Ambos determinaron, acertadamente y en su momento particular, que los problemas de la nación en el futuro son de índole económica, pero los dos se equivocaron al considerar que para resolverlos se requiere de un especialista en materia hacendaria. Todos conocen el resultado de la gestión lopezportillista. Es innecesario esperar al de la gestión de Ernesto Cordero. Ninguno de los dos entiende lo que tarde comprendió Carlos Salinas, quien determinó que su sucesor fuese Luis Donaldo Colosio, porque lo que se requiere es desarrollo social, menos mexicanos con pobreza alimentaria, más empleo -como lo ha comprendido Barack Obama- con la idea de fortalecer el mercado interno.

A Colosio lo eliminaron las voluntades de los poderes fácticos y de poder real en Estados Unidos. A Heriberto Félix lo eliminó Felipe Calderón, quizá porque lo estima demasiado y porque tiene en muy poca consideración a sus gobernados.

Lo única realidad de este tema se reduce a lo siguiente: en cuanto decidieron subordinar lo político a lo económico, la codicia se desató y las sociedades perdieron. Los expertos de análisis de problemas económicos del mundo están azorados, perplejos, pues saben que este crisis que se avecina es provocada, que quienes determinaron que así se procediera esperan un cambio en el orden interno de las naciones, pero desconocen si ese cambio será controlable e irá en el sentido que predeterminaron para gobernar sin sobresaltos.

De todo lo leído sobre las consecuencias de la catástrofe económica en la que se hayan inmersas las naciones, nunca los poderes fácticos, me quedo con el análisis de Lina Gálvez Muñoz, publicado en El País el martes 13 de septiembre último, titulado Más desigualdad en el futuro. Escribe la autora: Por la experiencia de las crisis pasadas de la misma naturaleza que la actual, como la asiática o incluso la de 1929, sabemos que de éstas se suele salir con retrocesos en los avances en igualdad entre mujeres y hombres conseguidos durante los periodos expansivos.

Prácticamente todas las crisis económicas contemporáneas que hemos conocido disminuyen el tamaño de la economía formal y aumentan el de la informal y sobre todo, el de la economía doméstica y de cuidados. Y por ello se suele salir de ellas con una intensificación del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que, como es bien sabido, realizan sobre todo las mujeres.

… Se desvanecen instituciones y políticas específicas de igualdad o se realizan planes de gasto dirigidos exclusivamente al fomento del empleo en sectores masculinizados. Y, además, las políticas de drásticos recortes de derechos sociales generan desigualdad de rentas que inevitablemente conllevan las que se dan entre mujeres y hombres, amén de un deterioro de nuestra democracia.

La disminución de las rentas familiares hace que muchos bienes y servicios que antes se adquirían en el mercado tengan que satisfacerse ahora en el seno del hogar. Y los recortes de gasto público social van a redundar inevitablemente en un menor consumo en sanidad, educación o servicios sociales que también obliga a proveerlos desde las unidades familiares mediante trabajo no remunerado.

Todos los precandidatos debieran ver a México en este espejo, pues acá los problemas se magnifican por la inexperiencia de los administradores públicos y la falta de oficio político de quienes hoy gobiernan, ya que a la gravedad de los problemas económicos impuestos por la globalización, deben añadirse los de seguridad pública que tanto merman las finanzas nacionales, como es el caso de la ordeña de gasolinas de los ductos de Pemex, o la equívoca inclinación a invertir más en armas y sofisticados equipos de espionaje, que en educación o la refinería postergada, o en ese torpe idea que intenta calcar la administración de justicia de los procedimientos estadounidenses, cuando ya se ve, a las claras, que los jueces federales son renuentes a los juicios orales al estilo televisivo.

No será como en otras ocasiones, cuando el gasto electoral, que es multimillonario e innecesario, era útil para retrasar la explosión de la crisis, porque ésta ya está entre los mexicanos, que mudos atestiguan cómo el tamaño de sus monederos es cada día menor, mientras el tamaño de su hambre crece precisamente en sentido contrario.

Pero como sostiene mi Demonio de Sócrates ante el inusual intento de Ernesto Cordero por hacerse visible, por ser creíble: “Sus tesis están desconectadas de la realidad, usa de una terminología vacía, de ideales usurpados, de sistemas inflexibles. Es este comportamiento el que a mí, realmente, me da miedo. Es lo que temo, de lo que desconfío. Por supuesto es importante saber qué es correcto y qué no lo es. Sin embargo, los errores de juicio personales pueden corregirse en la mayoría de los casos. Si uno tiene la valentía de reconocer su error, se pueden arreglar. Pero la estrechez de miras y la intolerancia de la gente sin imaginación son igual que parásitos”.

Lo terrible es que el error va más allá de 50 mil muertes y un empobrecimiento sin freno de un buen porcentaje de los mexicanos.

gregorioortega.wordpress.com

@OrtegaGregorio

2 Comentarios »

  1. Gregorio: Gracias por el artículo. Infortunadamente parece que vamos para donde predices y reflexionas. Me pregunto ¿No será por esto que ya es hora de que empiecen a gobernar las mujeres? Por mi parte creo que nuestro país necesita este tipo de cambio profundo en mi caso particular, yo voto por las mujeres. Y no solo voto, trabajaría con entusiasmo con ellas.

    Comment by Juan Carlos Serna — September 19, 2011 @ 9:58 am

  2. CADA VEZ QUE AFIRMAN QUE NUESTRA ECONOMIA ESTA BLINDADA, QUE PARA NADA NOS AFECTARA LA PROBABLE RECESION NORTEAMERICANA, ETC. MAS DESCONFIO DE LA ADMINISTRACION DE CALDERON, NO SOLO POR PROBAR INEFICACIA, INEFICIENCIA E INEPTITUD, SINO PORQUE TIENEN UNA PERCEPCION DE LA REALIDAD DISTORSIONADA, PORQUE MIENTEN CON UNA FACILIDAD, PORQUE ASUMEN ACTITUDES TRIUNFALISTAS ANTE PROBLEMAS QUE DEFINITIVAMENTE NO HAN NO SOLO SOLUCIONADO SINO EMPEORADO….SIN EMBARGO, A PESAR DE LOS ERRORES DE ECHEVERRIA, SU OBSESION POR EL TRABAJO, LA PASION QUE PUSO EN EL DISTA MUCHO DE LO MANIFESTADO POR CALDERON, AUNQUE TAMBIEN TUVO SUS MUERTITOS….

    SALUDOS GOM!!!

    RP

    Comment by RP — September 19, 2011 @ 11:07 am

About gregorioortega

HUMBERTO MUSACCHIO Gregorio Ortega es de los pocos escritores mexicanos que han optado por la edición de internet. Primero publicó o subió la novela Febronio y sus fantasmas que en edición Kindle (https://goo.gl/q0mJyj) tiene un precio de 129 pesos con 98 centavos. Ahora acaba de poner en el espacio virtual, al mismo precio de la anterior, otras dos novelas: Sísifo, santo patrono de los periodistas. Narco, guerrilla y poder (https://goo.gl/QNo1aX) y La rebelión del obispo. Ni los vio ni los oyó (https://goo.glMmYZMv). La primera trata del sexenio de José López Portillo y la relación entre el gobierno y los orígenes del narcotráfico, en tanto que la última versa en torno al obispo Samuel Ruiz García, el subcomandante Marcos y Carlos Salinas de Gortari.
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