Gendarmería y armamento

La Costumbre del Poder Gregorio Ortega Molina I 19/07/2013 ,12:00 am

Hay la posibilidad de que la Gendarmería desfile el próximo 16 de septiembre, lo que de inmediato abre serios interrogantes.

Para formularlos con precisión, convoco a evocar los sonrientes y orondos rostros de Felipe Calderón y Genaro García Luna en el balcón central de Palacio Nacional, en idéntico día de septiembre, cuando por vez primera desfilaron los elementos de la Secretaría de Seguridad Pública federal.

Hagan un esfuerzo, recuerden el grito de pasmo y admiración de la sociedad que confía en las instituciones y en sus Fuerzas Armadas, cuando le exhiben el armamento que el secretario García Luna consiguió para sus huestes, igual de poderoso al del Ejército y tanto o más sofisticado que el de los militares de carrera. Allí se definió el encono entre Guillermo Galván Galván y el alter ego de Felipe Calderón Hinojosa.

Hoy, cuando la Secretaría de Seguridad Pública federal quedó disuelta, cuando la Gendarmería se está integrando y todavía se capacitan los que serán sus efectivos, es prudente que se informe a la sociedad qué institución tiene el resguardo del armamento que perteneció a la Secretaría desaparecida, y si está completo, o se perdieron ya algunas de esas armas que tantas lágrimas costaron a los deudos de las víctimas de la guerra al narcotráfico.

De ninguna manera es un capricho informativo, porque ese armamento sin control pudiera causar problemas sin fin.

Para comprender la importancia del planteamiento anterior, invito a leer a Juan José Saer, quien sobre el tema anotó: “La intervención del ejército en la vida política es un ejemplo patente de servidumbre tecnocrática. A pesar de su fraseología patriótica, el ejército se abroga el derecho al poder en tanto que plantel técnico, taller de gobierno, orden y represión. El ejército se prepara durante años para la coyuntura decisiva que es el debilitamiento del poder civil a causa del ascenso de las clases populares, y reemplaza al poder civil no por poseer una ideología superior sino los medios y el saber técnico capaces de mantener en su sitio a un gobierno que ya no representa ningún consenso social. La situación, que quisiera mostrarse natural, se doblega y vacila bajo el peso de sus contradicciones”.

Puede constatarse, entonces, que la confrontación entre el Ejército y la extinta Secretaría de Seguridad Pública federal fue ajena a contradicciones ideológicas y a la defensa de los intereses nacionales, se concentró en una disputa por el poder y la fuerza que confiere el disponer de la cantidad y potencia de armamento que se requiere para imponer una opinión, una voluntad, una dictadura civil o militar y, además, festejarla, como lo hacen en Egipto.

De ese tamaño fue su tentación.

About gregorioortega

HUMBERTO MUSACCHIO Gregorio Ortega es de los pocos escritores mexicanos que han optado por la edición de internet. Primero publicó o subió la novela Febronio y sus fantasmas que en edición Kindle (https://goo.gl/q0mJyj) tiene un precio de 129 pesos con 98 centavos. Ahora acaba de poner en el espacio virtual, al mismo precio de la anterior, otras dos novelas: Sísifo, santo patrono de los periodistas. Narco, guerrilla y poder (https://goo.gl/QNo1aX) y La rebelión del obispo. Ni los vio ni los oyó (https://goo.glMmYZMv). La primera trata del sexenio de José López Portillo y la relación entre el gobierno y los orígenes del narcotráfico, en tanto que la última versa en torno al obispo Samuel Ruiz García, el subcomandante Marcos y Carlos Salinas de Gortari.
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