La Costumbre del Poder Gregorio Ortega Molina I 22/07/2013 ,12:00 am
El IFAI, tal y como hoy funciona, sólo es una puerta abierta para ver desde el umbral un proyecto inacabado, una política pública incumplida, una promesa rota. La transparencia gubernamental debe ser un espejo de agua alimentado por un manantial, de ninguna manera estar confinada a un frasco gotero.
Sería mezquino sostener que nada se ha avanzado en la materia, pero resulta peor abrir los ojos a la sociedad y mostrarle cómo pueden mejorar los mexicanos su relación con el gobierno, la manera en que pueden incidir en las políticas públicas y supervisar la aplicación del presupuesto, cómo combatir la corrupción y cerrarle el paso a la impunidad, para que a la hora de la verdad los legisladores federales tasquen el freno del cambio desde el Congreso de la Unión, y pospongan, para la eternidad, la transformación total del IFAI, con nuevos consejeros, pero sobre todo con nuevas reglas del juego, en las que las resoluciones del Instituto adquieren la característica de inapelables, porque deben cumplirse.
Aquí es necesario formular una pregunta, para facilitar una reflexión en los actores políticos cuya responsabilidad es trascender el mito de la alternancia y propiciar, de una buena vez, el inicio de la transición, que no será como por ensalmo, enfrentará difíciles batallas políticas, porque la transparencia ataca en la línea de flotación a la corrupción y la impunidad.
¿Es prudente dotar al IFAI de un valor jurisdiccional y constitucional similar al de la SCJN? ¿De qué otra manera puede evaluarse lo inapelable de las resoluciones del Instituto, si no es confiriéndoles idéntico valor al de las resoluciones del Pleno de la Corte? Son inapelables, se convierten en inobjetables, aunque muchas veces quedan sin cumplir.
Creo que la transparencia puede ser una realidad, si es verificable la observación de Arthur Koestler: “Cuando está solo, el hombre tiene tendencia a actuar en su propio interés, sin preocuparse de los otros; cuando se identifica a un grupo, sucede a la inversa. El egoísmo del grupo vive del altruismo de sus miembros.
“La historia de la humanidad está profundamente marcada por la huella de esta dialéctica infernal. ¿Cuál puede ser su origen? La larga dependencia del niño y la poderosa interdependencia social, características de nuestra especie”.
Hoy, esa observación ha variado, desconozco cuánto, para las incidencias de la desregulación y la globalización en el comportamiento individual y en sociedad son diferentes a como se condujeron nuestros padres y abuelos frente a la autoridad gubernamental y familiar. Los grupos dejaron su espacio a subgrupos, como puede constatarse con el pleito por dinero surgido entre los senadores de Acción Nacional, o las confrontaciones de las tribus del PRD.
Para que haya transparencia de la administración gubernamental, debe haberla en las relaciones humanas, lo que obliga a un cambio de conducta de los mexicanos, para que eviten el intercambio de algo malo por algo menos malo.
La alternancia está a años luz de ser la necesaria transición política, ésta se inicia con la transparencia. ¿Querrá iniciar el cambio el Congreso?