LA COSTUMBRE DEL PODER
*Qué han aportado las organizaciones políticas con presencia en el Congreso de la Unión…
Gregorio Ortega Molina 21 jul 2014 – 00:13 CET
En ciertos casos los mexicanos no pueden ni deben establecer analogías con lo que ocurre en otras naciones, por temperamento y realidad, por pobreza y saqueo legalizado de los recursos fiscales.
Para solucionar los problemas de lo que sucede hoy en esta nación, qué han aportado las organizaciones políticas con presencia en el Congreso de la Unión, en supuesta representación de los diversos intereses de la sociedad. ¡Para colmo!, se suman tres más: Morena, Encuentro Social y Frente Humanista. Pronto las doctrinas, todas, querrán sus asientos entre las curules y los escaños, como antaño los tenían, por cuota, los distintos sectores sociales, incluidos los militares, a quienes se les garantizaba, al menos, una posición en cada una de las cámaras.
Estos tres nuevos institutos políticos (¿?) recibirán, a partir de agosto, recursos económicos provenientes de lo que a través de los impuestos, el SAT incauta a los causantes cautivos, quienes a fin de cuenta se ven convertidos en los patrones de los funcionarios de todos los partidos políticos. César Camacho, Gustavo Madero, los Chuchos y todos los demás debieran rendir cuentas a esos mexicanos cumplidores puntuales en el pago de sus impuestos, y haber consultado con ellos si estaban de acuerdo en buscar un Pacto por México, las reformas estructurales, sobre todo esa que los convirtió en víctimas del outsourcing.
Los mexicanos que puntualmente pagan sus impuestos completos y sin triquiñuelas, los causantes cautivos también, han de ser sadomasoquistas, porque sueñan con llegar a ser diputados, senadores, funcionarios públicos como sus victimarios, conscientes de que sólo unos cuantos alcanzan ese privilegio denominado movilidad política y, sin embargo, se muestran anuentes, si no es que complacientes, de que con el fruto de su trabajo se financie a quienes los esquilman, a esos que, como Purificación Carpinteyro, se sacan la lotería por los beneficios de grupo obtenidos con las reformas, o ganan mil millonarios pleitos legales gracias al tráfico de influencias, como el que Diego Fernández de Cevallos logró contra el gobierno de su partido, en ese momento en el poder, para beneficio de los herederos de Gabriel Ramos Millán y de su propia chequera, y en perjuicio de la Secretaría de la Reforma Agraria.
No es un asunto menor, está en el temperamento de los mexicanos ser sumisos y ladinos, lo que es una mezcla peligrosa si ven colmada su paciencia y deciden irse a la bola.
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AMN.MX/gom