De lengua me como un plato

LA COSTUMBRE DEL PODER
Gregorio Ortega Molina 24 jul 2014 – 00:14 CET

Tal como lo expresan los clásicos. El viernes 11 de julio último desayuné con la información siguiente: “Las principales empresas mexicanas invertirán este año 27 mil 450 millones de dólares (356 mil millones de pesos) en sectores como la construcción e infraestructura, autopartes, telecomunicaciones e información y tecnología, anunció ayer el Consejo Mexicano de Negocios.

“En la presentación de proyectos del organismo, ante el presidente Enrique Peña Nieto, se dio a conocer que la inversión anunciada será mayor por 450 millones de dólares a la que se ejerció en 2013.

“De acuerdo con Claudio X. González, presidente del Consejo Mexicano de Negocios y del Consejo de Administración de Kimberly-Clark, los 27 mil 450 millones de dólares equivalen a la inversión en 20 fábricas automotrices en un solo año”.

Lo anterior también lo han escuchado, los mexicanos y los políticos, de labios de Gerardo Gutiérrez Candiani. Si se suman las cifras que uno y otro han ofertado, de esta nación manaría leche y miel, no existiría el desempleo y el mercado estaría tan reactivado, que los estadounidenses voltearían los ojos sobre México -ajenos a su actitud de rapiña- con admiración y respeto.

Pero no es así, los empresarios mexicanos, en su mayoría, perdieron hace mucho el sentido de pertenencia -¿cómo no, si Ernesto Zedillo puso el ejemplo?-, carecen del escrúpulo de sus antecesores que, contra viento y marea, cumplían siempre con la palabra empeñada, aunque después buscaran que el gobierno los rescatara. Tenían a punto de orgullo ser empresarios. Hoy, basta con verles los ojos, verlos dirigir la mirada, actúan como halcones sobre la presa.

¿Cuáles serán sus verdaderas pretensiones, para declarar lo que todos escucharon, cuando ellos saben que a duras penas, o de plano no cumplirán? Quizá en los hechos y gracias a los buenos oficios de Luis Videgaray -que hace su propio juego, debido a sus muy personales aspiraciones-, la reforma fiscal se atenúa sobre sus enormes ganancias.

Emilio Uranga, hombre respetado a la vez que temido, me contó que coincidió con Carlos Trouyet en la antesala de Gustavo Díaz Ordaz. El empresario inquirió al filósofo: ¿Y qué sacas de tus visitas al señor Presidente? Él mismo se respondió: De seguro nada. En cambio yo, cada vez que vengo, obtengo más millones.

Lo anterior, palabras más, palabras menos, refleja la conducta con la cual se conducen los impolutos empresarios mexicanos. Bueno, al menos la mayoría de ellos.

http://www.almomentonoticias.mx

AMN.MX/gom

About gregorioortega

HUMBERTO MUSACCHIO Gregorio Ortega es de los pocos escritores mexicanos que han optado por la edición de internet. Primero publicó o subió la novela Febronio y sus fantasmas que en edición Kindle (https://goo.gl/q0mJyj) tiene un precio de 129 pesos con 98 centavos. Ahora acaba de poner en el espacio virtual, al mismo precio de la anterior, otras dos novelas: Sísifo, santo patrono de los periodistas. Narco, guerrilla y poder (https://goo.gl/QNo1aX) y La rebelión del obispo. Ni los vio ni los oyó (https://goo.glMmYZMv). La primera trata del sexenio de José López Portillo y la relación entre el gobierno y los orígenes del narcotráfico, en tanto que la última versa en torno al obispo Samuel Ruiz García, el subcomandante Marcos y Carlos Salinas de Gortari.
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