Gregorio Ortega Molina/
Quien conozca por dentro los teje manejes del Poder Judicial de la Federación, comprende sin dificultad cómo la administración de justicia es también un instrumento de poder político y económico, al servicio de cierta idea del Estado (ya periclitada), aunque transitoriamente también a disposición de los gobiernos que se suceden y de los cuales forma parte, precisamente porque la permanencia de secretarios de estudio y cuenta, jueces, magistrados, consejeros y ministros, trasciende la medida sexenal del tiempo político.
Los esquemas de políticas públicas y administración de justicia están al margen de la observancia de la ley para, como dicen en el ámbito judicial, dar a los justiciables lo que corresponde a cada cual de ellos. La integración a América del Norte y el cumplimiento a rajatabla de las exigencias de la globalización, también inciden en el comportamiento de los jueces, la manera en que interpretan la ley y se ajustan a la ética jurídica.
Carmen Aristegui, que es una conductora de radio audaz, decidida y comprometida con lo que ella abraza como causas periodísticas, pecó de ingenua al creer que el amparo concedido por Fernando Silva García, juez Octavo de Distrito en Materia Administrativa, allanaría el camino para una avenencia “forzada” con una empresa privada. Poco importó que advirtiera a MVS que, de no avenirse a un acuerdo con Aristegui antes de la audiencia incidental del juicio el 27 de abril, resolverá en esa fecha si procede ordenar que se reanude la transmisión del noticiario de la conductora.
En el portal de información de la conductora despedida, leo: “La suspensión, dictada en el amparo 672/2015 promovido por la propia Aristegui, ordena que se dejen de aplicar de inmediato respecto de ésta los lineamientos que MVS impuso recientemente a sus conductores, puesto que:<<se advierte preliminarmente que se pone en riesgo lo estipulado en el contrato y además sus efectos pueden generar un efecto inhibidor en la libertad de expresión>>.
“La conciliación debe realizarse de conformidad con el Acuerdo General de Política Editorial y Reglas de Conducta Ética entre Noticias MVS Radio y Carmen Aristegui Flores, y lo señalado por el Ombudsman de MVS Radio en su posicionamiento público.
“Para decidir sobre la reanudación eventual del programa de Aristegui, el juez <<valorará la colaboración de las partes en conflicto>> y las pruebas adicionales que le hagan llegar en estos días”.
Se esperaba, para el viernes anterior, un suceso judicial y conciliatorio para Carmen Aristegui. No ocurrió por decisión del Octavo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, que le revocó el amparo; tampoco ocurrirá la audiencia incidental, ni sucederá su reinstalación, porque su enemigo no es el empresario Joaquín Vargas, que tanto le toleró para beneficio de sus propios bolsillos y de los radioescuchas, sino el sistema político que se resiste a la transición y se conforma con la alternancia. Si cree que va a ganar, su frustración será peor.