- El carisma oscuro de Adolfo Hitler me llevó de inmediato a la evocación de El huevo de la serpiente, de Ingmar Bergman. Están colocando a México en situación similar; pienso en las semejanzas de los freikorps y las autodefensas, con el añadido de que hicieron de nuestras fuerzas armadas un ejército de ocupación en su propio país.


Ayer vi en el canal de la BBC el documento titulado El carisma oscuro de Adolfo Hitler, me llevó de inmediato a la evocación de El huevo de la serpiente, de Ingmar Bergman. Allí están colocando a México, en una situación similar; pienso en las semejanzas de los freikorps y las autodefensas, con el añadido de que hicieron de nuestras fuerzas armadas un ejército de ocupación en su propio país.
Los soldados y marinos en las calles cuestan, y mucho, de allí que resulten poco creíbles el discurso y las estadísticas sobre crecimiento económico y empleo, pero si son verídicas y de todas formas el gasto militar crece, significa que, además de malos administradores, nos convertimos, a paso veloz, en un país de tontos, capaz de dilapidar una enorme riqueza en una guerra de sombras contra nosotros mismos, porque nos han vendido la idea de que contener y administrar la delincuencia organizada es corrupción vergonzante, tan dañina como la impunidad de la que gozan los políticos que meten la mano al presupuesto y hacen suyo el dinero fiscal.
Olvidan, quienes están al frente del encargo de cumplimentar el diseño que los poderes fácticos establecieron para nuestro futuro inmediato, que la pobreza establece más lazos de solidaridad que la riqueza, y que el desempleo conduce al estancamiento del mercado interno, al hambre y al rencor social, pues se convierte en combustible que alimenta el descontento y aproxima al estallido.
¡Claro que no como los conocidos hasta hace cuatro lustros! Lo hecho por el neozapatismo como manifestación de descontento dejó de ser viable, por ello diversos grupos clandestinos y otros a la vista del gobierno, seleccionan y aprueban diferentes tácticas que los aproximen al éxito y a la posibilidad de abrir el gobierno a la transición política, porque están conscientes de que el camino actual conduce a la “venezuelización” de México o, peor, a convertir a la patria en el Haití de América del Norte.
Hay muestras de las complicidades propiciadas por la pobreza. Son inexistentes las que pudiera favorecer la riqueza, porque la compulsión por hacer más dinero que el vecino garantiza amistades momentáneas, que luego se convierten en denuncias y traiciones.
Las estadísticas del empleo son falsas, para constatarlo sólo hay que caminar por las calles y plazas del Distrito Federal y otras grandes ciudades de México. Se alquilan por comer, como en San Quintín.