- Luis Videgaray Caso es alumno aventajado de Carlos Salinas de Gortari y, con suerte, se hace de la silla presidencial, llevando bajo el brazo una vacuna contra la letalidad del poder, distinta del término abatimiento usado por los militares


¿Abreva Videgaray de la sabiduría política y económica de Carlos Salinas? Puede que así sea, pues como el entonces secretario de Programación y Presupuesto, el encargado actual del despacho de Hacienda es capaz de convertir un fracaso en éxito, y puede hacer de una inesperada pero necesaria política de recortes, una prudente reforma, pues el presupuesto de egresos base cero anticipado para 2016 nos será presentado como el diseño de una estrategia que, de una vez por todas, resolverá para el futuro los problemas de la administración pública federal, a la que despojarán de toda obesidad.
Videgaray, como Salinas, es el pararrayos de toda la crítica a los resultados de la política económica del actual sexenio, y centro de todo sarcasmo y broma de mala entraña. El segundo apellido del secretario de Programación y Presupuesto devino recortari; los caricaturistas lo convirtieron en la hormiga atómica, e incluso trataron de anticiparse a su destape lanzando a la calle el borrego de Sergio García Ramírez.
Videgaray, como Salinas, camina con certeza a lo que considera su destino por derecho conquistado; deja tendidos en el camino a sus competidores por la silla del águila; también, como Salinas, es el líder del círculo de poder interno, con lazos y compromisos muy estrechos, para que ni una hoja se mueva en los escritorios de Los Pinos, sin su conocimiento.
Allí está la inolvidable declaración de Carlos Salinas de Gortari dirigida a México, pero sobre todo a su padre: “Tarde, pero llegamos”. Durante el trayecto pareció olvidar que el poder, cuando se detenta completo, es letal, para quien lo conquistó y para su entorno. Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu son claro ejemplo de que eso sucede, como ocurrió con las aspiraciones post presidenciales de presidir la Organización Mundial de Comercio y convertirse, históricamente hablando, en el modernizador de México. Sueños que murieron.
Claro, Luis Videgaray Caso es alumno aventajado de Carlos Salinas de Gortari y, con suerte, se hace de la silla presidencial, llevando bajo el brazo una vacuna contra la letalidad del poder, distinta del término abatimiento usado por los militares.