- La actitud de los directores de los organismos financieros internacionales y de los bancos acreedores para con los deudores, recuerda la estrategia y empecinamiento de los “enganchadores” de tarjetas de crédito bancarias, porque lo importante es tener más clientes imposibilitados de pagar el capital de los créditos contratados, pero seguros y puntuales pagadores de intereses de usura por la eternidad


Alexis Tsipras inició y promovió la noche de un sueño de verano estéril y efímero, porque NADA recuperó el NO de los griegos después de negociaciones leoninas e intereses impuestos; tampoco la dignidad de los deudores, ésta se fue al caño cuando se endurecieron las condiciones del tercer rescate y tardarán mucho en volver a ser tratados como iguales, en tener un lugar en la mesa de las negociaciones, pero, lo más importante, perdieron la oportunidad de ser escuchados acerca de las necesidades sociales y políticas de las sociedades que dicen representar esos gobiernos.
Es cierto, el NO distaba mucho de ser solución inmediata y mágica, pero sí quería, necesitaba ser el inicio, el punto de partida para que los dueños del dinero se den por enterados que los deudores están conscientes de que saldar el capital no les interesa, porque el negocio, el verdadero negocio son los intereses y las condiciones económicas impuestas para favorecer al G7 en su PIB.
La actitud de los directores de los organismos financieros internacionales y de los bancos acreedores para con los deudores, recuerda la estrategia y empecinamiento de los “enganchadores” de tarjetas de crédito bancarias, porque lo importante es tener más clientes imposibilitados de pagar el capital de los créditos contratados, pero seguros y puntuales pagadores de intereses de usura por la eternidad.
El origen de este fenómenos económico podrán fecharlo los historiadores, pero quizá inicia cuando las corredurías bursátiles y los ideólogos que promovieron el Consenso de Washington como solución idónea a los problemas económicos del mundo, lo acompañaron con la idea de que era y es necesario sustituir el producto del trabajo por la ganancia de la especulación financiera, y así también se hicieron con el poder político al transformarse en poderes fácticos que sustituyeron a las organizaciones sociales.
Es de un simplismo que asusta esta tesis que propongo al lector, pero es lo que dicta el sentido común, de allí el desprestigio de las organizaciones obreras y/o laborales, de las asociaciones civiles, de la educación, de los valores cívicos, morales y éticos, y de ahí también, la preeminencia de la corrupción y la impunidad, puntales de la especulación financiera.
El NO griego, vencido por una estrategia mediática inteligente -¿será que los organismos financieros internacionales no conocen mejor que los países deudores el estado de sus economías, como para mentir sobre el PIB para ingresar al club europeo?-, pudo significar el inicio de la reversión de las consecuencias del Consenso de Washington, el libre mercado y la globalización, y eso es lo que todavía los tiene aterrados.