LA COSTUMBRE DEL PODER: El peso abaratado

  • El poder adquisitivo del peso no se sostiene porque nada fortalece el mercado interno y, porque a pesar de decir lo contrario, la economía sigue petrolizada
  21 Ene 2016 – 00:14 CET

angel de la independencia }¿El valor de una nación se tasa en la fortaleza de su economía, en el poder adquisitivo de su moneda? Y los dirigentes, ¿adquieren la estatura ética, el liderazgo, en el bienestar económico de sus gobernados más desprotegidos?

José López Portillo, quien disfrutaba más de la frivolidad del poder que de éste como instrumento de gobierno, tuvo frases certeras, en eso descolló: presidente que devalúa, se devalúa.

Hoy, por más que las normas y/o exigencias de la globalización y el libre mercado indiquen lo contrario, el poder democrático continúa sustentado en el Estado de bienestar, lo demás es un contrasentido porque crea pobreza, tensiones sociales, debilidades políticas y, como corolario, nulifica la presencia de las instituciones públicas que dan sentido humano a los gobiernos.

Pero hete aquí que no es sino hasta que nuestra moneda suma poco más de 40 por ciento de devaluación real en tres años, que el Banco de México acepta que su depreciación sí es un motivo de preocupación.

El tipo de cambio ya sobrepasa los 18.50 pesos por dólar en las ventanillas bancarias; en las cuantiosas operaciones corporativas se llega a negociar en 17.90 pesos.

Hay quienes me aseguran que el dólar regresará a los 16 pesos en cuanto el precio del petróleo deje el sótano, pero, advierten, tardará un año o más. De ser así, regresamos a la petrolización de la economía, lo que es pernicioso para el desarrollo del mercado interno.

De allí que resulte importante que el gobierno tenga presente lo que los mexicanos anhelan, a pesar de los riesgos. En diversas encuestas hechas a lo largo del último lustro, se descubre que cerca de la mitad de los connacionales anhelan huir de México, refugiarse y vivir en otros países, principalmente en EEUU.

Mantengo la opinión adquirida hace 40 años, cuando escuché que la mayor riqueza de esta nación son los hombres y mujeres que, con su trabajo, educación, cultura, honradez y honestidad se empeñan en sostener sobre su trabajo y crecimiento humano el desarrollo de la nación, y conscientes de que así debe ser buscan impulsar el consumo interno, a contrapelo de los últimos gobiernos, que sin importarles e inermes ven cómo cae el mercado interno, cuya fortaleza podría hacernos salir de la crisis.

¿Y a quién le importa? El poder adquisitivo del peso no se sostiene porque nada fortalece el mercado interno y, porque a pesar de decir lo contrario, la economía sigue petrolizada, lo que de plano desmiente lo dicho por José Ángel Gurría, el Ángel de la Dependencia.

www.almomento.mx

AMN.MX/gom/ymg

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About gregorioortega

HUMBERTO MUSACCHIO Gregorio Ortega es de los pocos escritores mexicanos que han optado por la edición de internet. Primero publicó o subió la novela Febronio y sus fantasmas que en edición Kindle (https://goo.gl/q0mJyj) tiene un precio de 129 pesos con 98 centavos. Ahora acaba de poner en el espacio virtual, al mismo precio de la anterior, otras dos novelas: Sísifo, santo patrono de los periodistas. Narco, guerrilla y poder (https://goo.gl/QNo1aX) y La rebelión del obispo. Ni los vio ni los oyó (https://goo.glMmYZMv). La primera trata del sexenio de José López Portillo y la relación entre el gobierno y los orígenes del narcotráfico, en tanto que la última versa en torno al obispo Samuel Ruiz García, el subcomandante Marcos y Carlos Salinas de Gortari.
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