- Tener la certeza de que los capitales huyen porque se perdió la confianza, es dejar establecida la verdad política contraria a los intereses del gobierno y de los mexicanos
Pueden pensar que mi hipótesis de crear y sustentar una verdad política está fuera de orden y época, como también dudarán de mi análisis sobre cómo la distancia establecida entre las reformas estructurales en economía y la pospuesta urgente transición a través de la reforma del Estado, favorece las crisis recurrentes y hace mayores las consecuencias de la que hoy padecemos.
Pero una de las últimas declaraciones de Luis Videgaray Caso facilita la demostración de que no estoy errado. Después de concluir una reunión privada con integrantes Coparmex, afirmó no haber observado ninguna corrida específica en contra del peso mexicano, lo que a él y sus anfitriones debe dar tranquilidad; explicó que los días en los que el peso se depreció aceleradamente fue porque se devaluaron otras monedas emergentes, incluidas las depreciaciones del jueves 11 de febrero, que hubo una sesión compleja en los mercados financieros internacionales.
Sólo queda suponer que el peso devalúa su paridad ante el dólar por la fuga de capitales, y ésta se da cuando los dueños del dinero o las corredurías bursátiles de Wall Street que traen al país fondos extranjeros, para especular y/o invertir, dejaron de confiar en el país que los hospeda; en este caso, todos los motivos para desconfiar del gobierno mexicano son subjetivos, como lo son las consideraciones éticas en beneficio de los inversores, sean o no fondos en los que está la tranquilidad de los jubilados.
Pensar en corridas contra el peso originadas en el extranjero, todavía puede motivar un cierto sentimiento nacionalista y el deseo de fortalecer la confianza en el gobierno que la sociedad, de una u otra manera, llevó al poder.
Tener la certeza de que los capitales huyen porque se perdió la confianza, es dejar establecida la verdad política contraria a los intereses del gobierno y de los mexicanos, porque, ahora lo hemos atestiguado, esa desconfianza es alimentada por esos personajes cuyas fortunas anidan en paraísos fiscales o en EEUU, pero se alimentan y crecen del trabajo de los mexicanos y de los créditos fiscales y favores gubernamentales.
Desafortunada declaración de Luis Videgaray Caso.
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