LA COSTUMBRE DEL PODER: ¿Cuánto cuesta vivir?

  • El gabinete económico no tiene ni la menor idea de cuánto cuesta comer, vivir, respirar, procrear y aportar recursos al fisco sin padecer pesadillas y confiar en el gobierno
  23 Feb 2016 – 00:14 CET

pepenador-RGDe la misma manera que Jolopo prometió la administración de la abundancia y que, otra vez, se acuñarían los pesos fuertes, ahora se ofreció a la sociedad mover a México a partir de la conceptualización e instrumentación de reformas estructurales en materia económica, lo que, según los comunicadores oficiales, se anunciaba fácil gracias a que los planetas se alinearon y era el momento mexicano.

     Hoy, como hace 34 años, el tiempo real nos muestra el verdadero tamaño de los empresarios y gobernantes mexicanos, que si bien pueden considerarse ajenos a las causas que detonaron una crisis de dimensiones globales, sí son los responsables de contener -con imaginación, honradez, solidaridad y eficiencia- las consecuencias del avasallamiento económico de lo que queda de las clases medias, y la destrucción absoluta, total, de los sueños de esos pobres que aspiraron a salir de sus miserias y se mostraron agradecidos con la “sobada de lomo” dada por las palabras balsámicas de Francisco, pontífice y obispo de Roma.

     Si el poder adquisitivo del peso se pulveriza, ¿qué puede decirse de las pensiones del ISSSTE, del IMSS y los ahorros de quienes en las afores confiaron un futuro con cierto optimismo? ¿Cuánto cuesta vivir, en relación a lo que debía pagarse por respirar en 2012?

     Sugiero a los funcionarios de élite de la SHCP y de Banxico, a la burocracia dorada, que se dé un paseo en el transporte público o acuda a los mercados sobre ruedas, a los tianguis y a esos lugares donde el comercio informal hace su agosto, para que escuchen con atención los comentarios de consumidores y usuarios, y puedan entender que cuando se angosta el futuro, crecen los deseos incontenibles por buscar soluciones al margen de la ley, desde la evasión de impuestos, hasta recurrir a las diferentes facetas de la delincuencia, que pueden ir del robo de alimentos -como en Los miserables– hasta el secuestro, o decidir hacer exactamente lo contrario de lo dicho por Francisco Papa, y convertirse en sicario, o en ladrón de identidades.

     Me desconcierta el optimismo y la ausencia de natural preocupación que, en estos casos, debieran mostrar los burócratas adscritos al gabinete económico, porque eso significa que no tienen ni la menor idea de cuánto cuesta comer, vivir, respirar, procrear y aportar recursos al fisco sin padecer pesadillas y confiar en el gobierno.

     Sí, no tienen ni la más remota idea del futuro que ellos mismos se construyen, porque si no han huido de México para cuando sus gobernados padezcan las consecuencias del agravio y la humillación a que han sido sometidos desde 1976, seguramente terminarán con sus huesos en la cárcel, o en el arroyo.

AMN.MX/gom/ymg

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About gregorioortega

HUMBERTO MUSACCHIO Gregorio Ortega es de los pocos escritores mexicanos que han optado por la edición de internet. Primero publicó o subió la novela Febronio y sus fantasmas que en edición Kindle (https://goo.gl/q0mJyj) tiene un precio de 129 pesos con 98 centavos. Ahora acaba de poner en el espacio virtual, al mismo precio de la anterior, otras dos novelas: Sísifo, santo patrono de los periodistas. Narco, guerrilla y poder (https://goo.gl/QNo1aX) y La rebelión del obispo. Ni los vio ni los oyó (https://goo.glMmYZMv). La primera trata del sexenio de José López Portillo y la relación entre el gobierno y los orígenes del narcotráfico, en tanto que la última versa en torno al obispo Samuel Ruiz García, el subcomandante Marcos y Carlos Salinas de Gortari.
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