- ¿Podrá averiguarse el destino de casi 300 mil millones de pesos depositados en un Fideicomiso para mejorar la calidad de vida y la vivienda de los trabajadores de la empresa? No
Me explican, como al lego que soy en la materia, que la figura de la quiebra no define ni determina la situación de Pemex; por los activos que conserva y por el rescate del gobierno federal, lo que ocurre es una falta de liquidez. Me aseguran: sí se pagará a los proveedores.
Lo cierto es que la empresa que fue orgullo de México pudo resistir una y mil anécdotas acerca de la rapiña practicada sobre la riqueza que generó y todavía es capaz de producir, como la de Johnny Pemex, y uno y mil fraudes, como el de Pascual Gutiérrez Roldán. Su “disolvencia” casi cinematográfica se decidió cuando el boom petrolero permitió soñar con la administración de la abundancia, transformada después en el saqueo sistemático propiciado por la codicia de Los Churumbeles que rodearon a Jolopo. Pueden preguntar a José Andrés de Oteyza, que responderá cualquier mentira porque Jorge Díaz Serrano murió en la discreción absoluta.
Pero quieren, insisten en llevarse hasta al perico. Así quedó establecido por la ASF al denunciar el fraude al Fideicomiso de Cobertura al Pasivo Laboral y de Vivienda de los trabajadores de Pemex, cuyo monto supera los 271 mil 751 millones de pesos. Cantidad para vivir sin preocupaciones, y hasta para realizar sueños descabellados, por más devaluada que esté nuestra moneda.
La denuncia presentada por la Unión Nacional de Técnicos y Profesionistas Petroleros, indica que nunca se rindieron cuentas sobre este fideicomiso por parte de Pemex, la fiduciaria y el comité técnico que siempre operó el fondo. En ella solicitan que la ASF finque responsabilidades de carácter penal contra los funcionarios de Pemex durante las administraciones de los últimos 30 años, porque incumplieron con el manejo de estos recursos, y contra todos aquellos que estuvieron involucrados en su administración.
La denuncia -recibida en la Unidad de Evaluación y Control de la Comisión de Vigilancia de la ASF- señala que para crear el fondo Pemex entregó la cantidad de 271 mil 751 millones, por cartera de saldos deudores a cargo de los participantes registrados. Monto que se incrementó a lo largo de los años por las aportaciones de empresa y trabajadores, y los rendimientos derivados de la inversión de los recursos. En contraparte, también se usaron dichos fondos para el pago de las pensiones.
Ahora sabemos que el Fideicomiso dejó de recibir aportaciones desde el ejercicio 2014, y éste y el Fondo Laboral de Pemex, debido al crecimiento del pasivo laboral de la empresa, jamás podrán cumplir con los compromisos para los que fueron creados.
Está bien, pero ¿y lo que había en el Fondo? ¿Y esa enorme cantidad que llegó a sumar miles de millones de pesos? ¿Dónde se perdió? ¿Quién dispuso de ella? ¿Cuál fue su destino? Nunca lo sabremos.