- Orquestó el secuestro y asesinato de los seis hombres que entraron a su casa a robar
Para no quejarse de la eficacia y eficiencia de la administración de justicia mexicana basta con leer una nota en El País, donde nos enteramos de que la reforma constitucional penal fue pronto rebasada, porque a la hora de aplicar la ley, los reporteros de ese diario descubren que sí se puede.
Nos cuentan que Jorge Aduna Villavicencio no se anda con chiquitas, porque como señor de horca y cuchillo sabe que a la hora de poner orden basta y sobra con un poco de decisión.
Narran en el periódico español que “el gallero más importante de Puebla y Tlaxcala, el señor Aduna Villavicencio, orquestó el secuestro y asesinato de los seis hombres que entraron a su casa a robar. Según la reconstrucción de la fiscalía regional a la que tuvo acceso EL PAÍS, descuartizaron y calcinaron los cadáveres de los ladrones en bidones rociados con diésel. En la corteza metálica abrieron pequeños agujeros para que la combustión fuese más rápida.
“La fecha en la que se produjo el robo en la casa del gallero es un misterio. Debió de ocurrir a principios de octubre de 2015, ya que a partir de esa fecha se desató la locura homicida en la ciudad de Puebla. Aduna, como hemos dicho antes, no avisó a las autoridades. En vez de eso contrató a un matón de Tamaulipas, en el norte de México, entrenado en la lógica violenta de Los Zetas, y reclutó a dos policías, uno en activo y otro expulsado del cuerpo por no superar los exámenes de confianza. Sumó a la persecución a su escolta, un cuarentón de carácter duro, y a su chófer, un muchacho de 20 años. La maquinaria no se detuvo y fue eficiente”.
Estos son los niveles de impunidad que operan en el país, ¿cómo, entonces, confiar en la administración de justicia, en la reforma constitucional penal y en que, efectivamente, la hija de Joaquín Guzmán Loera, no reconocida por parte de la familia, mintió, como ahora están empeñados en difundir?
¿Recibirá juicio justo el gallero? ¿Alguien tendrá los redaños suficientes para dictarle sentencia? El que quiera meterse con él también puede terminar sus días en un tambo, para que ni registro quede de su paso por el mundillo del poder judicial.
Pero no nos angustiemos, eso no sucede por acá, en la ciudad de la esperanza, nada más pasa en lugares tan feos y lejanos como Puebla y Tlaxcala.
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