En un país de 120 millones de habitantes, confrontado desde hace 12 años, el adoctrinamiento político no será fácil
Gregorio Ortega Molina/ El Heraldo de México
Cuando desde el gobierno decidieron terminar con el narcotráfico a balazos, inició la modificación del comportamiento social, cultural y político de los mexicanos; las consecuencias de la guerra aparecen irresolubles. Baste evocar la proliferación de las fosas clandestinas, el asentamiento de la corrupción y la impunidad como trámites a seguir en la administración pública.
Afirmar que con AMLO se inicia y fortalece la confrontación social, es falso. Este nuevo gobierno encontró la hierba seca y los vientos a favor para, con una chispa, incendiar al país. ¿Lo hará, o elegirá la sensatez y recurrirá a la fórmula original del cristianismo: buena voluntad para los hombres de paz?
Los signos son ominosos. La declaración de Porfirio Muñoz Ledo, al afirmar que no es un proyecto de presupuesto, sino uno de nación, nos permite intuir que se empeñarán en hacer de la tarea de gobernar un adoctrinamiento político, intenso y eficaz, como el que no logró obtenerse con el libro de texto gratuito. Parece ser que así se hará la Cuarta Transformación, cuya línea ideológica será trazada por Paco Ignacio Taibo II desde el Fondo de Cultura Económica.
Leer las asignaciones presupuestales, esforzarnos por comprender la dimensión del gasto social, me obliga a preguntarme de dónde surgirán los recursos económicos para sostenerlo continuadamente y, además, lograr que el PIB no decaiga o se nulifique.
Cierto es que llegó el momento de que los barones del dinero disminuyan un poco sus ganancias y contribuyan en la redistribución del ingreso con más empleos y mejores salarios (se incrementó el mínimo), lo que será en su beneficio, pues mientras más peso adquiera el monedero de las amas de casa, mayor será el gasto, lo que incidirá en la reactivación del mercado interno. ¿Por cuánto tiempo antes de que la codicia regrese por sus fueros? ¿Cómo están negociando o imponiendo este cambio de vida en los mexicanos?
Si no hay negociación, habrá imposición. ¿Se resiste o se apoya? La diversidad cultural en Méxicoes manifiesta: el aseador de zapatos, el conductor del taxi, el que entrega el periódico, el servicio doméstico, los amigos o sólo conocidos, todos manifiestan su opinión y ninguna es coincidente.
Ven el mundo y las propuestas políticas formuladas, desde su muy personal óptica. El beneficio ha de ser inmediato, aunque el camino para llegar a él sea distinto, diverso, opaco o transparente. 120 millones de mexicanos sin criterios uniformados ni opiniones sembradas. Eligieron el cambio, sí, pero nunca uno unificado, impuesto. Los beneficios que se esperan son diversos, tan distintos como lo son nuestros hábitos y responsabilidades.
Debemos mantener los ojos y oídos abiertos, desear con todo que efectivamente les caiga una gran dosis de buena voluntad a los hombres de paz, pues de lo contrario la Cuarta Transformación podría ser conducida por la Guardia Nacional, atorada en el Congreso.
@ORTEGAGREGORIO