La Costumbre del Poder: Bendita austeridad

Gregorio Ortega Molina 18 de noviembre de 2019 – 00:13
Aprendimos mucho. Por lo pronto lo que no debe olvidarse, y también la manera en que puede disponerse de lo que estorba; el mundo ha encontrado formas políticamente novedosas para hacer a un lado a los pobres y servirse del trabajo esclavo. ¿Conservar los CAED? A los que allí asisten urge cancelarles el futuro
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Los mexicanos, todos, hemos de mostrarnos agradecidos. La 4T y el cambio de régimen van. Se trata de sanear al país, despojarlo del lastre de la corrupción, de los pobres, de los enfermos… es tal la reingeniería social, que parecemos estar ante una eugenesia de todo lo que les estorba.

No es eufemismo. Sobrecargan de trabajo a las madres y los abuelos, debido a la fumigación de las guarderías; modifican el sector salud y la adquisición de medicamentos, con un alto riesgo (muchas vacunas continúan inexistentes), para ahora evolucionar a la desaparición de los centros de enseñanza para jóvenes con alguna discapacidad.

Por nota de Alexis Ortiz, de El Universal, nos enteramos de que “la enseñanza especial que reciben jóvenes con alguna discapacidad en más de 300 planteles federales de educación media superior, está en riesgo de desaparecer, debido al plan de austeridad del gobierno federal.

“Los Centros de Atención para Estudiantes con Discapacidad (CAED), un programa piloto que nació hace diez años, no es reconocido como un proyecto

oficial y hasta ahora no ha sido considerado en el Presupuesto de Egresos de la Federación.

“En el Primer Informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se indica que en esta modalidad educativa hay 27 mil 878 estudiantes. En el documento se detalla que 46 por ciento de alumnos padece una discapacidad intelectual; 16 por ciento una motriz; 14 por ciento, una auditiva; 10 por ciento una visual, y 2 por ciento una psicosocial.

“Juan Pablo Arroyo, subsecretario de Educación Media Superior, acepta que actualmente no se cuenta con recursos económicos para darle continuidad a los CAED”.

¡Vaya cachaza del gobierno del cambio!, lo primero fue olvidar buena parte de su oferta política de campaña, y en cuanto sintió que la Silla del Águila le queda bien, procedió a quitar lo que le estorba, tal como lo hicieron los jerarcas nazis en cuanto decidieron desestructurar la República de Weimar, recuperar la grandeza de Alemania, y darle una lección a Europa y al mundo, ¡nomás faltaba!

Y sí, aprendimos mucho. Por lo pronto lo que no puede ni debe olvidarse. ¡Nunca jamás!… y también la manera en que disponen de lo estorboso. Muchos olvidaron lo primero, y recuerdan al pie de la letra lo segundo, porque el mundo ha encontrado novedosas formas políticas de hacer a un lado a los pobres y de servirse del trabajo esclavo. ¿Para qué conservar los CAED? A los que allí asisten quieren cancelarles el futuro.

 

About gregorioortega

HUMBERTO MUSACCHIO Gregorio Ortega es de los pocos escritores mexicanos que han optado por la edición de internet. Primero publicó o subió la novela Febronio y sus fantasmas que en edición Kindle (https://goo.gl/q0mJyj) tiene un precio de 129 pesos con 98 centavos. Ahora acaba de poner en el espacio virtual, al mismo precio de la anterior, otras dos novelas: Sísifo, santo patrono de los periodistas. Narco, guerrilla y poder (https://goo.gl/QNo1aX) y La rebelión del obispo. Ni los vio ni los oyó (https://goo.glMmYZMv). La primera trata del sexenio de José López Portillo y la relación entre el gobierno y los orígenes del narcotráfico, en tanto que la última versa en torno al obispo Samuel Ruiz García, el subcomandante Marcos y Carlos Salinas de Gortari.
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