LA COSTUMBRE DEL PODER: ¿Adiós neoliberalismo? I/V

 Gregorio Ortega Molina 11 de mayo de 2020 – 00:12 CE

Enterrar el neoliberalismo es sólo un buen deseo, nada más retórica política, control de daños. Lo que se requiere es revisar el concepto y la manera de instrumentarlo, para evitar las desviaciones y el desastre de la autofagia. ¿Podrán comprenderlo las divergencias Georges Soros y Noam Chomsky? Ojalá

¿Adiós neoliberalismo? I/V

Si no todos, sí demasiados dan por muerto al neoliberalismo como instrumento de desregulación económica, globalización y libre mercado. Deseo coincidir con esa mayoría, porque estoy consciente de que los resultados logrados desde hace seis lustros son de horror. La manera en que ha subido el número de pobres dice lo mal que se ha gestionado y lo mucho que los integrantes de las diversas sociedades nos hemos dejado.

     Considero que evaluar el futuro, o no, del neoliberalismo, debe partir de saber, con certeza, si es génesis o consecuencia¿Un producto derivado o una obra de arte única y pervertida? Adelanto una conclusión que, quizá, debiera ser la última. Los responsables del saldo de esta gestión económica somos los electores de todo el orbe, porque torpemente elegimos exigir primero nuestros derechos, un lugar de cumplir cabalmente con nuestros deberes. El Covid-19 nos pone un ejemplo fácil: evitar el contagio es nuestra responsabilidad, inicia con la higiene que debemos procurar de nosotros mismos, aunque a los gobiernos corresponde, por mandato, informar con claridad y verdad sobre lo que ocurre, proveer de esos servicios básicos que son el agua, la comunicación y la salud. Exigirlos y hacer uso de ellos es nuestro deber.

Pero regresemos a la pregunta adecuada y original, para ofrecer una respuesta aproximada. El neoliberalismo es consecuencia directa, o resultado, si se prefiere, de la aparición de Internet y la comunicación instantánea. Lo que he llamado desde hace 15 años Revolución Cibernética. Los gobiernos y las sociedades se administran de manera diferente desde la aparición de ese concepto que todo lo cambia: el tiempo real. Sin la comunicación instantánea, sin el conocimiento -segundo a segundo- supuesto o verdadero de lo que sucede y la manera en que los gobernados nos comportamos, la globalización y el neoliberalismo como instrumentos de gestión política permanecerían en el cajón de los proyectos por realizar.

Supongo, entonces, que la desaparición, entierro, exequias o nulificar el neoliberalismo pasa por dos opciones iniciales y divergentes. La desaparición del tiempo real, de la comunicación instantánea, del concepto de Internet para regresarlo a su uso militar, lo que se traduce en cancelar el mundo digital para regresar al ámbito analógico, a las fronteras cerradas, al nacionalismo que no concibe relación con el mundo, o como sucede en la República Popular China: el control absoluto, total, de Internet y lo llamado redes sociales, lo que es una solución parcial, pues esa nación sin este modelito económico no estaría poniendo al mundo de rodillas, al menos desde el punto de vista comercial y de deuda externa.

Enterrar el neoliberalismo es sólo un buen deseo, nada más retórica política, de control de daños. Lo que se requiere es revisar el concepto y la manera de instrumentarlo, para evitar las desviaciones y el desastre de la autofagia. ¿Podrán comprenderlo las divergencias Georges Soros y Noam Chomsky? Ojalá.

http://www.almomento.mxhttp://www.analisisafondo.com,
http://www.indicepolitico.com,
www.gregorioortega.blog  @OrtegaGregorio
Si te INQUIETA, compártelo con todos

About gregorioortega

HUMBERTO MUSACCHIO Gregorio Ortega es de los pocos escritores mexicanos que han optado por la edición de internet. Primero publicó o subió la novela Febronio y sus fantasmas que en edición Kindle (https://goo.gl/q0mJyj) tiene un precio de 129 pesos con 98 centavos. Ahora acaba de poner en el espacio virtual, al mismo precio de la anterior, otras dos novelas: Sísifo, santo patrono de los periodistas. Narco, guerrilla y poder (https://goo.gl/QNo1aX) y La rebelión del obispo. Ni los vio ni los oyó (https://goo.glMmYZMv). La primera trata del sexenio de José López Portillo y la relación entre el gobierno y los orígenes del narcotráfico, en tanto que la última versa en torno al obispo Samuel Ruiz García, el subcomandante Marcos y Carlos Salinas de Gortari.
This entry was posted in Uncategorized. Bookmark the permalink.

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s