LA COSTUMBRE DEL PODER: El mal, poder y política I/V

Gregorio Ortega Molina 7 de septiembre de 2020 – 00:12 CE

*Ser invidente no significa estar poseído por el mal. Tampoco la ignorancia implica que tengas maldad en el corazón y la razón. ¿Puede un deficiente mental ser víctima del mal? ¿Hay, en el conocimiento, una puerta de acceso a la maldad? ¿Son simbióticos el mal y la violencia, o con el crimen organizado, especialmente con la trata y el narcotráfico? ¿Son las fosas clandestinas la más acabada expresión del mal? ¿O lo es el engaño político?

Invítame a un libro: ENSAYO SOBRE LA CEGUERA de José Saramago

Durante una conversación después de cenar, el inspector Jules Maigret pregunta a su amigo, el doctor Pardon, si considera que existe el mal porque sí, químicamente puro. La respuesta es imprecisa.

     El mal tiene sus vertientes. Es comportamiento y consecuencia; origen y desenlace; desafío religioso y/o moral y, al mismo tiempo, social y civil; es instrumento de control y poder, ya sea económico, político o sexual y familiar. Es, definitivamente, un modelo de coerción para establecer líneas de mando irrompibles. Ni con la muerte se acaba el contrato, porque no pocas veces son los hijos los que pagan el mal causado por los padres.

     Imposible ser malo a medias, como bueno un poquito. Jesús critica a los tibios de corazón. Como seas y lo que seas, es necesario serlo a fondo, de lo contrario pasas desapercibido para tus allegados, o de plano te conviertes en un cero a la izquierda. Lobos con piel de cordero y los mediocres terminan por enseñar las orejas. La simulación es un arte que desgasta y lesiona, sin importar que se ejerza desde la cúspide del poder, ya sea espiritual o político.

     Pero, ¿tienen características físicas esos malos-malos que permiten identificarlos? ¿Es cierto que las circunstancias modifican el comportamiento, y ante el riesgo de perder la vida de tus seres queridos, eres capaz de actuar con simulación, malicia y maldad y hacer daño? Los fracasos profesionales y sociales ¿te agrían el carácter y siembran rencor que te transforma en ser humano propenso al mal?

     Los códigos de conducta y comportamiento se modifican tanto como cambian los hábitos culturales y religiosos, profesionales y sociales. La codicia puede convertirte en cónyuge modélico mientras esperas el fallecimiento de los padres de tu pareja, que la heredarán con cuantiosa fortuna. El mal se agazapa para echarle la mano a la riqueza, adquirir poder, y así, de manera impune, infligir daños, pequeños y mayores, pero siempre con la intención de demostrar el mando, hacerlo sentir, demostrar que se puede, nada más porque se puede.

     Pero creo que sí es posible que haya características físicas que favorecen el cultivo del mal. Cuando por angas o mangas se ha sido mutilado, o se nació con un defecto congénito, como la ceguera, por ejemplo.

     En Ensayo sobre la ceguera José Saramago nos ofrece un catálogo de ese comportamiento espejo de los que gozan de la vista frente a los que dejaron de recibir la luz. Es como una explicación ampliada y moderna a lo ocurrido a Pablo de Tarso camino de Damasco. Enceguecido por el destello, el rayo inexplicable y el anuncio de un nuevo conocimiento, de la fe y la verdad, permanece a oscuras, ciego -por unos días- hasta estar dispuesto a recibir la verdadera luz. Es hasta entonces que recupera la vista. También es la alegoría de la Caverna. No pocos viven en ella.

     El asunto es más complicado. Ser invidente no significa estar poseído por el mal. Tampoco la ignorancia implica que tengas maldad en el corazón y la razón. ¿Puede un deficiente mental ser víctima del mal? ¿Hay, en el conocimiento, una puerta de acceso a la maldad? ¿Son simbióticos el mal y la violencia, o con el crimen organizado, especialmente con la trata y el narcotráfico? ¿Son las fosas clandestinas la más acabada expresión del mal? ¿O lo es el engaño político?

http://www.almomento.mxhttp://www.analisisafondo.com,
http://www.indicepolitico.com,
www.gregorioortega.blog  @OrtegaGregorio
Si te INQUIETA, compártelo con todos

About gregorioortega

HUMBERTO MUSACCHIO Gregorio Ortega es de los pocos escritores mexicanos que han optado por la edición de internet. Primero publicó o subió la novela Febronio y sus fantasmas que en edición Kindle (https://goo.gl/q0mJyj) tiene un precio de 129 pesos con 98 centavos. Ahora acaba de poner en el espacio virtual, al mismo precio de la anterior, otras dos novelas: Sísifo, santo patrono de los periodistas. Narco, guerrilla y poder (https://goo.gl/QNo1aX) y La rebelión del obispo. Ni los vio ni los oyó (https://goo.glMmYZMv). La primera trata del sexenio de José López Portillo y la relación entre el gobierno y los orígenes del narcotráfico, en tanto que la última versa en torno al obispo Samuel Ruiz García, el subcomandante Marcos y Carlos Salinas de Gortari.
This entry was posted in Uncategorized. Bookmark the permalink.

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s