LA COSTUMBRE DEL PODER: Del Paso y la decadencia

  • Es la manera de pensar de los Porkys y sus progenitores, la de esos comentaristas que denuestan a Fernando del Paso por una palmadita en el hombro
  4 May 2016 – 00:14 CET

columna3mayoEl fallido desenlace de los sucesos políticos, penales, criminales y de impunidad, expresa con claridad el sentir de Fernando del Paso hecho público durante la entrega del Cervantes: México está en decadencia… hay anuncio de totalitarismo.

     Historiadores y novelistas describen con claridad las maneras en que en las sociedades se manifiesta el largo y ancho de los procesos de decadencia. De entre mis autores favoritos destacan Marguerite Yourcenar, Mary Renault y Sándor Márai. Las películas lo reflejan con claridad, como enMayerling. María Vetsera y Rodolfo de Habsburgo hacen un pacto suicida, o deciden huir por miedo, aunque en la morfina tenían complicidades con Sissi, envilecida por el fasto del Imperio.

     ¿Por qué llaman tanto la atención los sucesos anunciadores de la decadencia? La confrontación abierta entre el cúmulo de ejecuciones, las complicidades y la impunidad, nos obligan a meditar en las razones por las cuales Fernando del Paso decide hacer público su malestar: expresa el sentir de su muy personal decadencia física, ahora navega en silla de ruedas, pero no por eso miente. A México le duele todo.

     Nada hay más seductor que la decadencia, sobre todo cuando ésta no atañe al seducido, sino que sólo es presentida desde la palabra de los otros, desde las imágenes cinematográficas, desde las tragedias en las que los cadáveres sustituyen a los actores vivos, y lo que se escenifica es un eterno día de muertos.

     Dice uno de los personajes de Márai: “La realidad no es lo mismo que la verdad. La realidad son sólo detalles”, y éstos son mostrados en los dictámenes de los expertos del GIEI, de los forenses argentinos, de los visitadores de la CNDH; por las estadísticas del Inegi, por el poder adquisitivo de la moneda mexicana, por las respuestas de las políticas públicas a las necesidades de la sociedad. Es nuestra realidad, ajena a la retórica política.

     Otra voz de novela: “Una persona puede cometer una infidelidad, una infamia, sí, y hasta puede matar, y al mismo tiempo mantenerse puro y limpio por dentro. Una acción en sí no representa la verdad. Sólo es una consecuencia”; considero que es la manera de pensar de los Porkys y sus progenitores, la de esos comentaristas que denuestan a Fernando del Paso por una palmadita en el hombro, o porque a fin de cuentas descubren, en la intimidad de sus intimidades, que no pudo ser de otra manera, que Luis Vicente Echeverría se lleva el premio mayor, mientras Marcelino Perelló va a un exilio dorado, formativo, en el que decide guardar silencio.

     Nada ha cambiado, es el dinero el que determina las conciencias en general, con excepciones como Fernando del Paso, inmerso en su propia decadencia y atado a una silla de ruedas, desde la que manifiesta su estupor por lo que sucede en México, sin que le paguen por pegar.

AMN.MX/gom/ymg

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About gregorioortega

HUMBERTO MUSACCHIO Gregorio Ortega es de los pocos escritores mexicanos que han optado por la edición de internet. Primero publicó o subió la novela Febronio y sus fantasmas que en edición Kindle (https://goo.gl/q0mJyj) tiene un precio de 129 pesos con 98 centavos. Ahora acaba de poner en el espacio virtual, al mismo precio de la anterior, otras dos novelas: Sísifo, santo patrono de los periodistas. Narco, guerrilla y poder (https://goo.gl/QNo1aX) y La rebelión del obispo. Ni los vio ni los oyó (https://goo.glMmYZMv). La primera trata del sexenio de José López Portillo y la relación entre el gobierno y los orígenes del narcotráfico, en tanto que la última versa en torno al obispo Samuel Ruiz García, el subcomandante Marcos y Carlos Salinas de Gortari.
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