April 11, 2011
— 12:00 am
Publican Juntacadáveres de Juan Carlos Onetti en 1964, novela donde las contradicciones de la sociedad se ventilan por la existencia de un prostíbulo. Hoy, la discusión de las contradicciones políticas y sociales, culturales y económicas de México, se hace alrededor de muertes violentas incontables, del lavado de dinero, de la entrega de la soberanía de la nación, de fosas clandestinas, del tráfico de armas, de la exportación de capital y de los ahorros de los mexicanos, del tráfico de personas, por mencionar algunos de los problemas que asuelan a este país.
De allí que las 72 ejecuciones recién descubiertas en San Fernando, Tamaulipas, que las declaraciones de El Vicentillo, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada extraditado a Estados Unidos, y la admisión de la cúpula de la DEA, el FBI y del organismo de seguridad nacional de esa nación de haberse equivocado con lo que sucedería y sucedió en México, actualicen y revalúen la investigación de The Observer, publicada hace diez días y de la que di un adelanto el viernes anterior, en la que se expone públicamente la manera en que las autoridades financieras y las de las instituciones de seguridad estadounidenses, se sirvieron del dinero negro producido por el narcotráfico de los cárteles mexicanos, para rescatar sus instituciones bancarias de la crisis económica de 2008, a través del lavado de Wachovia, hoy propiedad del conglomerado Wells Fargo.
Pareciera que la investigación de The Observer es una volada, pero hete aquí que el portal fronteradesk.org subió una información en la que explica cómo los abogados de la defensa de Vicente Zambada Niebla presentaron una apelación ante una corte federal en Chicago, en la que sostienen que su defendido realizó actividades ilícitas con autorización de funcionarios de la DEA y el FBI, durante más de cinco años.
La información indica que Peter Henning, profesor de leyes de la Universidad Estatal de Wayne, considera que el recurso interpuesto por la defensa de El Vicentillo, es del tipo en que el demandado pone al gobierno en juicio, diciendo que patrocinó la actividad ilegal.
Concluye la nota de Internet: “La defensa de Zambada afirma que oficiales de la DEA, el FBI y el ICE dieron su consentimiento para que realizara sus actividades criminales entre enero de 2004 y marzo 2009”. Es posible que El Vicentillo tenga conocimiento del uso dado al dinero negro producido durante los años que trabajó en complicidad con esas agencias estadounidenses.
Si efectivamente es así como establecen sus complicidades las autoridades estadounidenses con los cárteles mexicanos, no debe extrañarnos que después del destape de The Observer y la presión de la sociedad mexicana para que la inteligencia sustituya a las balas, los degüellos y la sangre, alguna organización criminal comprometida en esa complicidad ejecutara a 72 personas, cuyos cadáveres fueron extraídos de narcofosas entre el miércoles 6 y el viernes 8 de abril últimos.
El hecho no es nuevo. Peritos de la Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas descubrieron los despojos en el ejido La Joya, a las afueras de San Fernando, donde el pasado 24 de agosto fue localizado el mismo número de cuerpos, en esa ocasión fueron 72 migrantes; días después, ahí mismo fue ejecutado Roberto Suárez, agente del Ministerio Público que investigaba la muerte de los indocumentados. Hasta el momento de escribir este texto, entre los cadáveres exhumados no se ha identificado a inmigrantes.
Las autoridades de la secretaría de Gobernación se muestran aterradas, pues al subsecretario de Gobierno, Juan Marcos Gutiérrez, le urgía declarar que ninguno de los cadáveres había sido identificado, por lo que pidió no especular, ya que –dijo– “no tenemos el mínimo indicio de que sean migrantes”.
Ahora bien, es momento de preguntarnos, con toda sinceridad, con paciencia, sin aspavientos, cuál es el propósito de tanta muerte, de tanto juntar cadáveres, pues 72 cada siete meses, así, masivamente, sin motivo aparente, sólo pueden obedecer al propósito de la desinformación y de inspirar miedo, pero no se dan cuenta que no saber qué pasa y sufrir, padecer miedo, produce estallidos sociales violentos. El cuento de que los convierten en sicarios, quién lo cree a las autoridades. Los muertos allí están, sumándose. Anda suelto Juntacadáveres.
Claro que el narcotráfico no se legalizará ni desaparecerá, porque el dinero negro que produce unas veces sirve para rescatar bancos estadounidenses, como lo hicieron las autoridades de esa nación durante 2008; otras, para financiar operativos como el rápido y furioso, pero acá tienen quien pone los muertos, sin chistar.
@OrtegaGregorio
Comment by Juan CARLOS — April 11, 2011 @ 4:47 am
Comment by Nestor — April 11, 2011 @ 2:39 pm
Comment by leonor — April 11, 2011 @ 5:35 pm
EXCELENTE EL COMENTARIO DE LEONOR….NESTOR PUSO EN SU LUGAR AL OBVIO DE JUAN CARLOS
SALUDOS GOM
RP
Comment by RP — April 11, 2011 @ 6:17 pm